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ORIGEN, IDEOLOGÍA, FINES Y FORMAS DE ORGANIZACIÓN DE LAS ASOCIACIONES DE LOS CONSTRUCTORES (MASONERÍA OPERATIVA) ANTES DE LA APARICIÓN DE LA FRANCMASONERÍAPARTE I¿QUE ES LA FRANCMASONERÍA PRIMITIVA?Freire CHARLES POMPIER1. Las Escuelas De Los Misterios De La AntigüedadEntre los primitivos los Misterios o los Altos Secretos representaban la sabiduría, o sea, la Ciencia de aquellos tiempos. Los Templos no fueron otra cosa que los recintos de las escuelas, donde se practicaba la enseñanza por los procedimientos que se denominaban Iniciaciones. También allí se verificaba el culto profano, es decir, ceremonias místicas en honor a la Divinidad adorada por el pueblo ignorante; pero esto se hacía en épocas remotas con el propósito de acostumbrar a los pueblos a respetar, tanto los recintos de los templos como la personalidad de los sacerdotes. La enseñanza, muchas veces, se confundía con el culto y las Divinidades solían representar las materias que deseaban descubrir por medio de la Ciencia. La Iniciación no fue otra cosa que la capacitación de los individuos escogidos para desempeñar los cargos de sacerdotes y se practicaba gradualmente, sometiendo al candidato a pruebas de resistencia física, valor y capacidad intelectual, enseñándole, a la vez, los conocimientos científicos de aquellos tiempos y desarrollando en el iniciado el interés por la investigación de lo desconocido. Los Sacerdotes, o sea, los sabios antiguos, fueron los profesores de las escuelas de los misterios. Ellos, según expresión antigua, "transmitían" o "confiaban" los "Altos secretos" de la sabiduría de sus tiempos a los escogidos, en quiénes se reconocía la capacidad necesaria para comprenderlos. Debido a que los idiomas primitivos se componían de muy pocas palabras y a que sus expresiones carecían de la exactitud y precisión que demanda la ciencia y no se conocían los alfabetos, los profesores (sabios antiguos) estaban obligados a enseñar por medio de instrumentos, símbolos, alegorías, jeroglíficos, figuras, etc. El tema principal de la sabiduría antigua se concretaba al estudio de los misterioso y de los divino, que influía bien o mal en la vida humana, es decir, al estudio de los desconocido que en alguna forma se relacionaba con el bienestar de los hombres, Los astros y sus agrupaciones, los planetas, los movimientos de éstos, los fenómenos físicos y su influencia en la vida humana, etc., fueron objeto de estudio de las ciencias antiguas que, gradualmente, se convirtieron en las ciencias naturales de hoy. La Astronomía, la Física, la Química, la Geometría, la Aritmética tiene su origen en los misterios antiguos. La fantasía de los sabios antiguos, el deseo de penetrar más allá del límite a donde las ciencias naturales llegaban, el impulso de los hombres investigadores que ambicionaban ver coronadas por medio del método lógico deductivo sus obras o estudios, el utilitarismo de los que seseaban aprovechar su situación privilegiada, etc., etc., dieron origen a filosofías diversas y numerosas, más o menos científica o más o menos fantásticas, más o menos lógicas, o más o menos utilitarias, según los conocimientos, el carácter, el impulso o el interés del que filosofaba. Para transmitir de generación en generación los misterios antiguos, o sea, las ciencias primitivas, los sabios de aquellos tiempos personificaban los fenómenos físicos, los astros, los planetas y sus movimientos, presentándolos como héroes en sus Cuentos Alegóricos y simbolizándolos con jeroglíficos, construcciones arquitectónicas, monumentos, esculturas, grabados sobre paredes, pinturas, etc. Son testimonios de lo dicho las ruinas arqueológicas, de las pirámides, esfinges, sepulcros y objetos antiguos y las escrituras jeroglíficas. Los significados de los cuentos alegóricos y de los símbolos se enseñaban a los iniciados capacitados y éstos los transmitían a las generaciones futuras. Esta forma de transmisión de los conocimientos dio origen a las Artes, Música, Gramática, Lógica, Retórica, etc. Los sabios antiguos, por razones naturales, fueron, a la vez, patriarcas, sacerdotes, gobernadores o dominadores de sus pueblos. Como es natural, ellos creaban las leyes, la moral, las religiones, los cultos y las doctrinas, de acuerdo con las costumbres y necesidades de estos pueblos o con sus intereses de casta superior. El origen de las leyes antiguas está en las costumbres de los primitivos, que llevaban una vida familiar basada en los instintos de defensa mutua, tanto de la naturaleza y de las fieras, como de las familias vecinas que, con frecuencia, se atacaban una a otras. A medida que crecían numéricamente las familias, se generalizaban sus costumbres y se convertían en leyes de los pueblos que resultaban de la unión de aquellas. Las leyes entre los primitivos, tenían la forma de prescripciones morales y se amoldaban a los intereses de los distintos pueblos. Así se explica por qué el Decálogo de Moisés, de origen egipcio, sirvió como ley al pueblo hebreo. Por lo visto, Moisés estaba educado en Egipto y había sido iniciado en los misterios, o sea, en la sabiduría egipcia, que estaba muy adelantada en aquellos tiempos, tanto en las ciencias físicas, como en los preceptos morales que regían como leyes. A medida que los pueblos crecían, sus relaciones y sus intereses se complicaban con el intercambio comercial, social y científico. Las gentes más avanzadas emigraban por distintos razones y llevaban sus conocimientos y sus civilización a los lugares nuevos que poblaban. Por esto los misterios egipcios y su arte arquitectónico fueron conocidos por los tirios, transmitidos a los hebreos, y posteriormente a Grecia, Roma y a toda Europa. La prueba de que los tirios transmitieron sus conocimientos a los hebreos, se encuentra en la leyenda bíblica sobre la construcción del templo de Salomón. Esta leyenda dice, entre otras cosas, que cuando el rey de los hebreos quiso construir un templo en honor de la divinidad adorada por su pueblo, no encontró entre sus súbditos, muy atrasados, gentes aptas en el ramo de construcción, y por tanto, tuvo que valerse para realizar la obra, de la amistad con Hiram, rey del pueblo de los tirios, que consideraban más civilizado. Salomón solicitó de dicho rey un arquitecto, obreros especializados y materiales de construcción. El rey de los tirios accedió a la petición de Salomón; el arquitecto y los obreros que le envió construyeron con materiales apropiados y en lugar indicado por Salomón, un templo que simbolizaba artísticamente el Universo y revelaba las convicciones y la sabiduría de los tirios, que fueron adoradores del Sol y tenían una civilización de origen egipcio, considerada como la civilización universal de aquellos tiempos. Los misterios son del mismo origen, como lo prueban los hechos de que los cultos públicos, los monumentos arqueológicos y las ciencias primitivas de los distintos pueblos y razas que habitaban partes opuestas del globo terrestre, tienen absoluta similitud. El culto del Sol de los aztecas, de los ainos, de los mongoles, de los hindúes, de los eslavos y de los egipcios, son similares en todos sus aspectos fundamentales. Las pirámides de los egipcios y las de los aztecas son del mismo origen. La iniciación de los profanos en los misterios egipcios, se parecía en todo a la iniciación que se practicaba en China por la gran Logia de Hung y la que se practicaba en América por los incas del Perú, etc. En la antigüedad la sabiduría se consideraba como un privilegio de la casta sacerdotal y, generalmente, constituía una herencia de las familias de los sacerdotes. Posteriormente, los militares reclamaron sus derechos, apoyándose en la fuerza armada, dirigida en Egipto por el caudillo militar Menes. Entonces se consiguió la limitación de los derechos de una casta en favor de la otra, formándose un poder mixto, donde el gobierno civil estaba encabezado por los militares con Menes como rey; los sacerdotes quedaron replegados a los asuntos religiosos y de enseñanza. 2. Origen De La Casta De Los ConstructoresLos conocimientos y el arte de construir tenía mayor importancia que las demás ramas de la ciencia antigua, porque las construcciones de aquellos tiempos fueron la mejor manifestación del poderío y de la civilización de los pueblos y, por ende, de sus gobiernos. Los egipcios llegaron a separar el arte de la construcción de las otras ciencias, como más importante, y, según, los conceptos emitidos por Mark Saunier en su trabajo "La Légende des Symboles", crearon los misterios en honor a Hiram, a quien consideraban como la divinidad de los constructores. Esto significaba, que el arte de construir se enseñaba separadamente de otras ciencias, para preparar a especialistas, dedicados exclusivamente a este ramo, que formaban una casta aparte. Aunque la casta de los constructores tenía una importancia muy grande por sus conocimientos, su arte y su habilidad para el trabajo, no participaban en el gobierno de los pueblos y dependía económicamente de las castas sacerdotal y militar, que se consideraban como los patrones de las obras en construcción. Por estas rezones los componentes de la casta de los constructores, se sentían en situación de asalariados, lo que influía poderosamente sobre su mentalidad, que se revelaban en el carácter de sus organizaciones y en todas las leyendas que simbolizaban su ideología, como lo veremos más adelante. 3. Obreros Dionisianos Y Las Escuelas De Los Misterios De GreciaLa cultura y los misterios egipcios penetraron e influyeron poderosamente en las ciencias secretas de todos los pueblos de Asia Menor y, posteriormente, fueron introducidos en Grecia y Roma. En la Grecia antigua, cuya historia se considera como el primer capítulo de la historia de la Europa civilizada, los conocimientos egipcios experimentaron un perfeccionamiento. Los griegos establecieron el reinado de la razón en las creencias supersticiosas antiguas, proclamaron ciertos principios del Estado moderno, contrario al absolutismo y despotismo orientales, y llevaron a la práctica formas más perfectas de organización política. Los romanos, vencedores de Grecia, asimilaron su civilización y adoptaron las prácticas, los usos y las costumbres de su noble vencida. Los portadores de la cultura egipcia a Grecia fueron los Obreros Dionisianos. Así se llamaban los griegos que se esparcieron en Asia Menor, más de mil años antes de la era cristiana. Estos aprendieron las artes de construcción de los egipcios y las llevaron a su patria. Los dionisianos por su número, no fueron ya una casta de constructores como la egipcia, sino un pueblo entero que estaba dividido en grupos o comunidades llamados colegios, sínodos y sociedades; tenían signos y palabras de reconocimiento y practicaban las ceremonias de iniciación. Cada grupo o comunidad se gobernaba por un presidente o maestro, elegido anualmente, y tenía reuniones secretas para tratar sus asuntos. Todos los años los grupos se reunían en asambleas generales, y en los banquetes que coronaban estas asambleas, premiaban a los obreros más hábiles e impartían socorros y asistencia a los indigentes y enfermos. Tenían privilegios especiales y exclusivos para construir templos, teatros y demás edificios, y a tal grado perfeccionaron su arte de construcción y tal fama alcanzaron, que sus servicios fueron solicitados de Siria, de Persia, de India y de África del Norte. En Grecia, los obreros dionisianos perfeccionaron todavía más, adquiriendo mayores conocimientos, y de allá pasaron a Roma, formando las corporaciones de arquitectos romanos. 4. COLEGIOS ROMANOSPor el año 714 antes de la era cristiana, Numa estableció en Roma varios Colegios de Artesanos a cuya cabeza estaban los Colegios de Arquitectos compuestos por griegos traídos de África. Así nacieron los Colegios Romanos, que se establecieron, como en Grecia, de acuerdo con la legislación de Solón, sabio y legislador griego. Sus organizaciones tenían derecho de asociarse según sus propios estatutos y concluir contratos; se sometían a una jurisdicción especial, disfrutaban de la exención de contribuciones, etc. Celebraban sus asambleas (Logias) a puerta cerrada en locales situados cerca del lugar donde trabajaban: en ellas tomaban decisiones por mayoría de votos y trabajaban sobre la distribución y ejecución del trabajo. Estaban divididos en tres grupos: aprendices, compañeros y maestros, y, se obligaban por juramento ante las herramientas y los útiles de su oficio y profesiones a ayudarse mutuamente y a no revelar los secretos de sus agrupaciones a los extraños. Tenían costumbre de admitir como miembros de honor a personas que no pertenecían a sus oficios pero se consideraban útiles para las agrupaciones y se reconocían entre sí, por medio de signos y palabras secretas. Sus asambleas estaban presididas por maestros elegidos para períodos de cinco años, asesorados por dos inspectores o vigilantes. Se dedicaban a la arquitectura religiosa, civil, naval e hidráulica y también dirigían las construcciones militares, ejecutadas por soldados. Los Colegios subsistieron hasta la caída del Imperio; sufrieron un colapso durante la invasión de los bárbaros y resurgieron de nuevo con la aparición del cristianismo, conservando su organización y sus privilegios. A medida que el cristianismo se propagaba por toda Europa, las agrupaciones de constructores marchaban a ejercer sus oficios y profesiones a otro lado de los Alpes, apoyados por el papado romano que se interesaba en la construcción de edificios majestuosos para dar esplendor al culto. Los miembros de los Colegios de Constructores, al salir fuera de Italia, admitían en sus filas a los artistas de todos los países donde trabajaban. Así, el Arte de los Colegios Romanos fue conocido en Francia, España, Portugal, Bélgica, Inglaterra y Alemania. Ya en aquella época, aparecieron varias agrupaciones que imitaban a las de constructores, dedicándose a diferentes trabajos especiales. Surgieron los llamados "Hermanos Pontífices", que se dedicaban a la construcción de los puentes, y los "Templarios" que construían caminos, puentes y hospicios, y no faltaban las agrupaciones que se dedicaban exclusivamente al misticismo, cubriéndose con la forma de organización de los Colegios, como lo fue la "Compañía de la Trulla". Pero todas estas agrupaciones no tenían prestigio y desaparecieron poco a poco. Cuando Martín Lutero y Juan Calvino, siguiendo el ejemplo de Juan Hus, célebre Heresiarca checo, destruyeron por su base el poder papal en diferentes Estados de Europa, a principios del siglo XVI, se suspendieron por algún tiempo las construcciones religiosas católicas. Entonces, los Colegios Romanos de constructores, que alcanzaron a sobrevivir la época de la Edad Media, fueron afectados, unos por falta de trabajo, otros por participar en la lucha religiosa por uno u otro bando, y otros porque, influidos por el clero católico, fueron perseguidos por los protestantes. Además, la forma de organización de los Colegios y algunos de sus principios y privilegios estaban en contraposición con la ideología del régimen capitalista naciente en Europa. A medida que los Colegios Romanos entraban en descomposición, nacían los Gremios de los Constructores asalariados, segregándose de la lucha religiosa y política que les perjudicaba. A la vez aparecían las asociaciones francmasónicas que agrupaban a los elementos progresistas que figuraban antes en calidad de "aceptados". Estas últimas tomaban a su cargo la capacitación intelectual y técnica a los masones operativos, preparándolos para el desempeño de sus oficios y profesiones bajo el régimen capitalista naciente. 5. Causas que originaron las tradiciones y la ideología progresista de las Agrupaciones de los Constructores (Masones operativos).Ya hemos mencionado que la Casta egipcia de los constructores se consideraba poseedora de sus propios Misterios y su Divinidad se llamaba "Hiram", o sea el "Gran Arquitecto del Mundo y de la Humanidad". Como las Artes y los Oficios de la Construcción constituían la rama más importante de la Sabiduría de aquellos tiempos, la Casta de Constructores se sentía intelectualmente superior a la sacerdotal y militar; el pueblo esclavizado se consideraba como un conglomerado ignorante, "modus vivendi" de las castas. Pero a pesar de su superioridad intelectual. La Casta de los Constructores dependía económicamente de las otras, que controlaban el Poder público. Esta situación de dependencia económica colocaba a los Constructores en posición de lucha constante frente a aquellas castas dominadoras. Los Constructores veían a los militares como ambiciosos -dominadores por el hecho de que controlaban la fuerza armada-; a la Casta Sacerdotal la calificaban de hipócrita, porque compartía maliciosamente el Poder con los militares, explotando su credulidad supersticiosa y manteniendo la ignorancia del pueblo para explotarlo mas fácilmente. Por otra parte, los dones artísticos, la Sabiduría y la superioridad intelectual de su propia casta de Constructores, la atribuían a una inspiración del genios de la Sabiduría, -Hiram el Gran Arquitecto-, Constructor del Mundo y Creador de la Humanidad, cuya existencia suponían, cuando observaban a los Astros y a los Planetas y sus movimientos y los relacionaban con el bienestar de los seres vivientes. Esta ideología de los Constructores y sus relaciones con las demás castas y el pueblo, fueron simbolizados alegóricamente en la Leyenda que relata la muerte del Gran Arquitecto, debida a la conspiración de las castas dominadoras. La Leyenda originó la tradición de las agrupaciones de los Constructores desde la época de la civilización egipcia hasta el comienzo de la era cristiana. Según la expresión alegórica de esta Leyenda, como matador material del Gran Arquitecto actúa el pueblo ignorante y, por tanto, inocente, dirigido por los hipócritas, representados por la Casta Sacerdotal, para satisfacer sus deseos y lo de la ambiciosa Casta militar que gobernaba el pueblo y se sentía celosa, advirtiendo un peligro para su poder, al contemplar al Genio de los Constructores que conmovía a los pueblos con la belleza y la majestuosidad de sus Obras Artísticas, su Sabiduría y su Poder organizador de la masas que trabajaban a sus órdenes; poder que amenazaba convertirse en inspirador de una Revolución contra los dominadores. La Casta de los Constructores se consideraba la heredera del Genio creador y artístico de su Gran Arquitecto muerto y estableció, como una tradición sagrada la de exigir al candidato, que solicitaba iniciarse en los Misterios de la Casta, un juramento ante el ataúd ensangrentado de su Gran Maestro, de que no fue cómplice en el crimen de la muerte del mismo, y, después del juramento, le comunicaba la palabra sagrada... La Leyenda, considerada como tradición de los Constructores y Artistas, fue legada a los hombres de su Casta en todos los lugares donde tuvo influencia la cultura egipcia. Los obreros dionisianos heredaron esta tradición y la llevaron a Grecia, y de Grecia a Roma. La Leyenda expresaba la ideología de la Casta de los Constructores y tenía carácter internacional y uniforme, debido a la uniformidad de régimen político y a las condiciones económicas imperantes en aquellos tiempos. La misma ideología tenían los constructores tirios que edificaron el Templo de Salomón, y el nombre de Hiram -vida elevada, en traducción del hebreo- fue la expresión equivalente a "El Gran Arquitecto" de los egipcios. Parece que este nombre se vulgarizó entre los Constructores de algunos países de la Antigüedad, y que a todo arquitecto le llamaban "Hiram". La Leyenda alegórica egipcia no fue alterada desde los tiempos de los Faraones hasta el principio de la era cristiana. 6. El Cristianismo.El cristianismo en la época de su aparición representaba la corriente revolucionaria contra la ideología y el régimen imperante en Palestina. Los sacerdotes hebreos convirtieron la religión en un comercio muy gravoso para el pueblo. Los principios religiosos estaban tan "metalizados" y mercantilizados por los Talmudistas -interpretadores hebreos de los preceptos bíblicos-, que éstos quedaban en contraposición con las reglas morales comunes y con las costumbres sanas del pueblo. Las masas clamaban por la venida del Mesías, de un valiente que pudiera enfrentarse con los inaguantables dominadores y explotadores del pueblo. Por todas partes aparecían predicadores hostiles a los gobernantes y al clero, propagando una ideología y unos principios más en consonancia con los intereses populares. Los sacerdotes y los gobernantes no tenían más remedio que perseguir a los propagandistas para salvar su régimen amenazado; pero el pueblo estaba del lado de los revolucionarios, a los que consideraba como salvadores. Las medidas represivas y las persecuciones, lejos de aplacar la lucha revolucionaria, la ahondaban. En estos tiempos, Palestina estaba dominada por los romanos, que extendían su dominio armado sobre los pueblos que colindaban con el Mar Mediterráneo. La crucifixión del líder máximo de los predicadores revolucionarios hebreos, llamado Jesús, vecino de Nazaret, acusado por los sacerdotes de sedición y ejecutado con el consentimiento del Gobernador romano, sirvió para que el pueblo rebelde lo santificase y lo proclamara Mesías, o sea -el salvador, el cristo de los sufridos-. Escudándose con su nombre popularizado y con la cruz, emblema o símbolo de su sacrificio, y, actuando como sus discípulos, los revolucionarios, que entonces se llamaban apóstoles, fundaron una secta de carácter religioso, que solían llamar cristiana, es decir, salvadora. La secta disfrutaba de gran popularidad y en muy poco tiempo tuvo muchos adeptos, extendiendo su influencia fuera de las fronteras de Palestina; los apóstoles se esparcieron por distintos rumbos acompañados de sus discípulos, para propagar sus ideas, presentándolas como el Testamento que a la Humanidad dejó su maestro Jesús. Para enseñar estad ideas de modo más apropiado y comprensible para los pueblos atrasados, usaban el método antiguamente conocido, que consistía en la enseñanza por medio de la Leyenda alegórica. La Leyenda relataba la vida de Jesús crucificado, como hijo de Dios, salvador de la Humanidad, atribuyéndole determinados preceptos filosóficos y morales, presentándolo como superhombre con poder de hacer milagros, provocar visiones, resucitar muertos, etc. A los discípulos que aceptaban sus enseñanzas se les prometía un paraíso en ultratumba, y a los que las rechazaban se les amenazaba con el infierno. Cada propagandista de la secta redactaba su leyenda alegórica según sus conocimientos de la materia y según el medio en que hacia la propaganda. Debido a esto, aparecieron cincuenta y tantas leyendas sobre la vida de Jesús, llamadas "Evangelios del Nuevo Testamento", para diferenciarlas de las Leyendas hebreas antiguas, que se llamaban el "Testamento Antiguo". Estos "Evangelios" eran tan diferentes y tan contradictorios que en muchos casos perjudicaban a los mismos propagandistas. Por estas razones, más tarde, en un Congreso de la secta, fueron aceptados únicamente cuatro que parecieron a los congresistas más propios para sus fines; los demás fueron desechados. Los dominadores romanos, que asimilaban todo cuanto consideraban progresivo y razonable, debido a su carácter ecléctico fueron fácilmente contagiados de las ideas cristianas. Por consiguiente, ellos ayudaron a propagarlas en Grecia y Roma, convirtiendo esta última en la sede principal del cristianismo. Cuando el cristianismo creció y de una simple secta se convirtió en una religión influyente y poderosa e inventó sus diferentes ritos, tuvo necesidad de construir templos majestuosos. Entonces, los Colegios Romanos de los Constructores fueron aprovechados para aquellos trabajos y principió de nuevo la época de su florecimiento. 7. Leyenda alegórica de los Constructores en la época del cristianismo.Los Colegios Romanos de los Constructores tenían la costumbre de aceptar en su seno, en calidad de miembros honorarios y protectores, a las personas útiles que tenían capacidad para ilustrarlos en las ideologías y en las costumbres de los pueblos donde trabajaban, o para defenderlos por medio de su influencia contra los atropellos que solían sufrir de sus enemigos o, simplemente, para contratar el trabajo por su dedicación. El conocimiento de la ideologías y de las costumbres servía a los componentes de los Colegios para aplicar mejor sus conceptos artísticos a los construcciones que levantaban con diferentes fines: templos, arcos triunfales, teatros, palacios, etc. Muchos de estos miembros honorarios (aceptados) llegaron por la confianza de los asociados, a conocer sus tradiciones y sus signos, toques y palabras secretas de reconocimiento, y algunos trataron de aprovechar estos conocimientos e influencias sobre los Colegios para sus fines religiosos, político-sociales o utilitaristas, y procuraban catequizarlos para sus creencias e imponerles su ideología. A esto se debieron las modificaciones de la Leyenda tradicional, de origen egipcio, confundiéndola o alterándola con la Leyenda bíblica sobre la construcción del Templo de Salomón. Pero estas alteraciones no afectaron el espíritu progresista de los Constructores, según lo demuestra el texto de la Leyenda de la época cristiana, que se redactaba de la manera siguiente: LEYENDA Salomón- el déspota oriental que dominaba al pueblo Hebreo-, cumpliendo el testamento de su padre -David-, resolvió construir un Templo en honor a la Divinidad que adoraba su pueblo, con el fin de imitar las costumbres de los déspotas de los pueblos vecinos, lucir ante éstos sus riquezas y satisfacer su orgullo de muy sabio. Como el pueblo hebreo estaba muy atrasado en comparación con los pueblos vecinos, Salomón no encontró entre su gente quien pudiera encargarse de la construcción. Entonces se dirigió a Hiram -rey del pueblo de los Tirios, muy adelantado en el Arte de la construcción-, pidiéndole un Arquitecto, obreros especializados y materiales de construcción adecuados, obligándose a pagar todo aquello en diferentes formas. El rey de los Tirios envió a Salomón un arquitecto muy competente, llamado Hiram Abif, los obreros especializados y los materiales de construcción. El Arquitecto preparó los planos y dirigió la construcción del Templo, que representaba artísticamente el Universo, tal como lo observaban los astrónomos de la antigüedad, y expresaba alegóricamente la ideología de los pueblos más cultos de aquellos tiempos que adoraban a la Naturaleza y al Sol -Astro que más beneficios aportaba a los habitantes de la Tierra-. Su simbolismo artístico no fue comprendido por el sabio Salomón, a juzgar por los relatos bíblicos. Uno de aquellos días, estando ya para terminarse los trabajos del Templo, llegó a Jerusalén, para visitar a Salomón, Belkis -la reina de Saba-, atraída por la celebridad, sabiduría y obras monumentales construidas por éste. Para dar la idea de su poderío y para despertar en ella el amor, con objeto de tomarla por esposa, Salomón quiso que admirara los trabajos del soberbio edificio, erigido en honor de la divinidad que adoraba su pueblo. La reina visitó tan bellas obras admirando los objetos artísticos del Templo, y preguntaba quien era el autor y ejecutor de ellos. Salomón contestaba que era un tal Hiram, hombre raro e intratable, mandado por el rey de los Tirios; Belkis intrigada, solicitó que le fuera presentado el artista, y Salomón se dio maña para distraerla de semejante empeño. Esto excitó más la curiosidad de la reina, y Salomón, por no desazonarla, cedió a sus instancias, ordenando que llevasen a Hiram a su presencia. La reina fue afectada en su corazón por la mirada serena y seria del artista, pero se calmó y le preguntó acerca de cada una de sus obras, admirándolo por sus sabias explicaciones y defendiéndolo de las críticas injustas de Salomón, nacidas de los celos y la baja envidia. Como la reina expresase luego el deseo de ver la multitud innumerable de operarios que mandaba Hiram, Salomón, celoso, esquivaba el complacerla, indicando que los operarios eran individuos de diferentes paises y lenguas y se hallaban diseminados por mil partes, y por lo tanto, resultaba imposible congregarlos. Entonces Hiram sube trepando a un peñón de granito para ser divisado por todas partes, y levantando la diestra, hace un ademán de trazar en el aire una línea horizontal y una vertical, formando la escuadra misteriosa. A esta señal acuden en el acto de todos los puntos del horizonte los operarios de todas las razas, nacionalidades y lenguas, formándose en orden y por grupos de aprendices, compañeros y maestros. Hiram extiende luego el brazo formando la escuadra con el cuerpo, y aquel mar de hombres queda inmóvil. Esto hizo comprender a la reina que Hiram no era un simple mortal, sino un Sabio; y Salomón se dio cuenta de la superioridad de la Sabiduría sobre la riqueza, y, del Poder del pueblo sobre el suyo, sintiéndose humillado. La reina clavó los ojos en el prodigioso artista, y el instinto lo hizo olvidar su compromiso con Salomón. Al día siguiente, mientras que la reina paseaba con su séquito fuera de los muros de Jerusalén, se encontró con Hiram Abif que esquivaba los aplausos del triunfo y buscaba la soledad. Guiados por el instinto, llama del fuego interno, se declararon mutuamente su amor y sin vacilaciones se tomaron uno a otro por esposos, conviniendo en que Hiram saldría el primero de Jerusalén y después ella, embarazada y ansiosa de juntarse con él en Arabia, bella y libre. No faltó un servidor de bajo fondo que denunciara a Salomón lo sucedido entre la reina e Hiram. Asustado y humillado ante la manifestación de fuerza y organización de los obreros que estaban bajo las ordenes del Sabio y Artista, y celoso por lo sucedido entre éste y la reina, el ambicioso rey de los hebreos sintió envidia y odio hacia Hiram, y temor de que su trono y corte pudieran ser aniquilados por éste pueblo organizado, cuyo Poder se manifestaba superior al suyo. Entonces llamó a su presencia al hipócrita Sadoc, -Sumo Pontífice de la religión de los hebreos y su consejero-, le comunicó lo ocurrido y entre los dos maquinaron el modo de vengarse de Hiram, seduciendo a tres obreros ignorantes, descontentos e inhábiles, para que lo matasen, prometiéndoles el grado y salario de maestro como compensación. Como ya estaba terminado el Templo, Hiram Abif solicitó de Salomón licencia para retirarse a su tierra natal. Para inspeccionar por última vez su obra, entró solo al Templo a la hora acostumbrada, cuando los obreros descansaban. Los tres ignorantes advertidos de su costumbre usual, se apostaron en el Templo a esa hora, y al ver a Hiram, le exigieron los signos, los toques y la palabra secreta de reconocimiento de maestro. Hiram les indicó que no podía comunicarles esto, debido a que ellos todavía no estaban capacitados para ocupar el puesto de maestros. Entonces, los Ignorantes, armados de los útiles de trabajo, lo mataron y al anochecer sacaron su cuerpo enterrándolo en la montaña, y plantando sobre su tumba una Acacia -símbolo de inocencia-. Consumado el crimen y temerosos de ser castigados por sus compañeros, se escondieron en los montes. Al día siguiente, los obreros advirtieron tanto la ausencia del su Gran Arquitecto, como la de los tres compañeros asesinos; comunicaron lo sucedido a Salomón, y se dispersaron en busca del cadáver, el cual fue encontrado en la montaña al quinto día e inhumado en el Templo con los honores correspondientes, en presencia de Salomón y del sacerdote Sadoc, quiénes también rindieron hipócritamente honores al desaparecido. Los obreros afligidos por la desaparición de su Gran Arquitecto y de su insuperable Maestro en Artes y Oficios de construcción, juraron sobre su féretro ensangrentado seguir su obra y aprovechar sus enseñanzas; y prometiendo la "Unión, Solidaridad y Cooperación" en el trabajo, en el estudio y en la lucha por un futuro mejor, se dispersaron por diferentes rumbos, llevando sus conocimientos y sus experiencias a los pueblos atrasados y oprimidos, para ayudar a la "Evolución y al Progreso" del Genero Humano hacia la "Fraternidad y felicidad" Universales. (La Francmasonería Progresista, que nació en el seno de la Masonería operativa y heredó su forma de organización, conservó intacta en esencia La Leyenda del Gremio hasta nuestros días, comunicándola a los Maestros Masones Aprobados después de tomarles la promesa de fidelidad ante los componentes del pueblo masónico. La comunicación de la Leyenda del Gremio a un francmasón indica una manifestación de confianza de sus hermanos y le da plenos derechos para ocupar los puestos de responsabilidad tanto en Logia como en las Federaciones y Confederaciones de las Logias y, además, implica la aceptación de parte del candidato de ciertas obligaciones correspondientes a su grado. Desde este momento se le reconoce, también, el derecho de adquirir por la edad los seis grados superiores de la Francmasonería y el privilegio de Francmasón libre). -(Nota del traductor.) 8. Fines y formas de organización de las agrupaciones de los constructores en distintas épocas de su existencia.Los fines y las formas de organización de las agrupaciones de los constructores variaban siempre con el régimen político, económico y social de la época y del país donde trabajaban. En los tiempos del despotismo oriental, los Constructores formaban una Casta con el fin de defenderse de la sacerdotal y militar. Los obreros dionisianos, que formaban pueblos enteros, se dividían en comunidades agrícolas-industriales y se gobernaban por los sínodos (reuniones administrativas de los jefes de las comunidades y colegios, reuniones de carácter administrativo, educacional). Además se reunían en asambleas generales de carácter legislativo. Los grupos que salían a trabajar a tierras lejanas, como constructores, se organizaban en sociedades de carácter sindical y mutualista que contrataban el trabajo y defendían los intereses de los agremiados. Los Colegios Romanos tenían en su organización las características mixtas de escuela, gremio y cooperativa mutualista. Se organizaban de acuerdo con la legislación de Solón y disfrutaban de ciertos privilegios (exención de las contribuciones, jurisdicción especial y monopolio en el ramo de construcción). Su lucha estaba enderezada principalmente contra el clero romano, que intentaba constantemente controlarlos religiosa y económicamente, oponiéndoles las agrupaciones semi-monásticas, llamadas "Cofradías", "Templarios", "Hermanos Pontífices", etc. En la Edad Media, las agrupaciones de los Constructores tomaron paulatinamente la forma de organización característica de los Gremios por oficios, de los cuales ya estaban excluidos tanto el elemento capitalista, como los individuos ajenos al oficio. Las asociaciones gremiales tomaban gradualmente carácter netamente proletarios, clasista (Gremios de los compañeros, etc.), y sus fines se inclinaban a la defensa contra el régimen Capitalista naciente. Tales son los orígenes, las ideologías, los fines y las formas de organización de las agrupaciones de los Constructores desde la remota época de la civilización egipcia hasta la aparición de las agrupaciones francmasónicas al final del siglo XV. |
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